lunes, 5 de octubre de 2009

La Caja de Cartón




Andaba yo, por unos cinco años de edad, cuando empezó a prepararse mi
 primer viaje. Pero éste, no iba a ser uno  de los comunes de aquellos, en los que
nos trasladamos de un lugar a otro; en aquel, yo me trasladé al Parnaso una
 montaña mágica habitada por los Dioses, que enzarzados entre amores y contiendas, regían los destinos de los hombres. Al igual que mi viaje que fue
dirigido por las Diosas que regentaban en aquella elevada cumbre de Grecia.
Un buen día empezó a bullir en mi casa un sigiloso ajetreo, que no era  lo más
habitual en ella. Todo el mundo parecía tener algún secreto, del que yo no
era partícipe, ya que al llegar en medio de una conversación, se hacía un 
silencio sepulcral y cuando me marchaba, volvía a reiniciarse el rumoreo que
no cesaba de sonar hacía ya, unos cuantos días.
Una mañana, me requiere mi hermana Angela para tomarme medidas; yo, me 
hice ilusiones porque pensaba que me iría a hacer algo de ropa, ya que era
ella la encargada de coser para toda la familia tanto de la usada como  de la nueva; ella al verme la cara de alegría, se imaginó lo que estaba pensando y
me hizo desechar la idea diciéndome: chitón,que no preguntara nada más, que
aquello era alto secreto, y nadie podía sospechar de aquella confabulación.
Al día siguiente a la toma de medidas, escuché comentar a mi madre con mi
hermana: Que no iba a ser posible encontrar el cartón que necesitaban en el
pueblo; que sería necesario ir a buscarlo a otro más grande porque ya se sabe,
que en estos puebluchos de mala muerte como vamos a encontrar tanto cartón;
terminaron diciendo contrariadas. Qué razón tenían, faltaba el cartón y otras 
muchas cosas en aquellos lugares apartados de toda regla y civilización.
Por fin llegó, un embalaje de cartones que al parecer tuvieron que encargar a 
una ciudad para conseguirlos y a todo esto, mi hermana no paraba de tomar
medidas a esta servidora de pies a cabeza, un día y otro.... Pero de ropa nueva,
no había nada que hacer; con lo que a mi me hubiera gustado que mi (Chacha)
Angelita me hiciera un babero (vestido ) bonito del que andaba tan necesitada;
tanto, que me habían hecho un retrato, con uno prestado que tenía hermosos
motivos en el pecho y los bolsillos, con ramilletes de cerezas que invitaban a
meterles el diente. Estoy viéndome en estos momentos metida en aquel airoso
babero; que dejó de ser mío, en cuanto se hubo extinguido el flas de la cámara
que no podía ser otro que el reflejo del sol en ella; porque entonces, aquellas
máquinas de retratar carecían de toda luz que no fuera la natural.
En el transcurso de aquellos días, mi casa, parecía estar poseída por algún
encantamiento; mis ojos, no podían dar crédito a lo que estaba sucediendo en
ella. Mis hermanas, en vez de caminar parecían ascender, apenas rozando los
baldosines del suelo de la casa, impregnándola de un hechizo misterioso en
el que yo, era el extrovertido duendecillo, por el que se habían puesto en ligero
vaivén todas las Diosas buenas del Parnaso, conjurando mi porvenir ya que
todo apuntaba a que una servidora, iba a ser la protagonista, de aquel enigma
prodigioso que me estaba vedado investigar.
Una tarde, se presentó mi hermana ante mi, cargada con una enorme caja de 
cartón que parecía estar hecha a mi medida; me indicó, que me tumbara dentro
de ella y lo hice sin rechistar. Su cara, fue de completa felicidad al ver que era
tal cual la había proyectado; ni grande, ni pequeña dijo: todo esta perfecto.
Chacha: esto parece una caja de muertos. ¿No será que yo me voy a morir?
¿ Dime para que va a ser esto?. Interpelé a mi hermana que se estaba meando
de la risa. Cállate: niña preguntona ya te enterarás de todo, a su debido tiempo.
El que espera, desespera y el que viene, nunca llega. Dice un refrán popular.  Y esperado me encontraba yo, en una  eterna espera; desde que me tomó mi hermana las últimas medidas y me hizo saber: Que llegado el tiempo se me 
descifraría aquel oculto secreto, que con tanto celo se habían guardado para si.
Habían pasado ya varios  días y a esta servidora no se la estaba cociendo el
bollo, al percibir en la casa menos bullicio del que se había producido, en el
período de tanta medida y tanto chinchorreo por todos los rincones de la casa.
De repente, un día al término del almuerzo, fui requerida por mi hermana para
hablar conmigo y me presenté ante ella, con la cara más seria que la bragueta un sardinero; esto solía decirlo mi madre cuando alguno de nosotros estaba enfurruñado. Yo, pensaba que me iba a dar una reprimenda por haberme dejado unos cuantos de garbanzos en el plato, vicio que tenía de siempre y nunca me libraba de la regañina. Pero me equivoqué. Querida niña, me dijo mi
hermana: Ha llegado la fecha, de revelarte el enigma por tanto tiempo oculto,
y solamente contigo, podrá desentrañarse la clave de este arcano insondable,
a los ojos de la gente que espera deseosa este acontecimiento.
Pon mucha atención en lo que voy a decirte y no olvides que en muy pocas 
horas, acontecerá un hecho prodigioso que se grabará en tu retina, para el
resto de tu vida, no olvides contarlo al mundo.
Ensimismada y boquiabierta, escuché las recomendaciones que me hizo mi
hermana; de como iba a suceder todo, cual sería mi proceder en cada instante,
y el comportamiento que cada cual tendría en relación conmigo.
Poco era el tiempo que faltaba, para que nuestro recóndito secreto viera la
luz en los ojos de los demás. Yo, lo pasé embobada y a muchos metros del
suelo como lo hace un globo aerostático. Henchida por la emoción, que me 
embargaría dentro de muy pocas horas.¿Y para los convocados, sería igual ?.
En la tarde_noche de un tórrido día de verano, mi hermana y yo, cogidas de 
la mano, nos dirigimos hacia la cúspide maravillosa. Allí, la diosa fortuna y la
dicha, darán rienda suelta a los ritos del baile y la danza que se adueñarán de lo inaudito. Los secreto, no serán ya tales, pues el pueblo ha de atenerse a los
menesteres juiciosos de la honrosa dicha.
En el camino he vuelto a recibir instrucciones de mi hermana; de que hacer y 
que no hacer, en cada momento y me anima besuqueándome la cara. Me dice
que no tema que todo saldrá a pedir de boca. Cuando llegamos al lugar, soy
preparada por ésta con todo lo que se requiere, para mi presencia en aquel 
sitio misterioso donde se han dado cita todos los lugareños.
Y cuando todo estuvo a punto me dijo: Cierra los ojos y no los abras hasta que
veas la luz; después sucederá todo como te he dicho.Me dio un beso con gesto
animoso y desapareció de mi vista. Yo, me encontraba la mar de tranquila cual
me había recomendado mi chacha. Pero en pocos minutos se hizo la luz en el
recinto y  me quedé maravillada, al contemplar el espectáculo que se ofrecía
a mis vista. Luego, un estallido grandioso, se adueñó del salón mientras se
iban descorriendo las cortinas del escenario y sonaban los versos sueltos de
un poema que iba desgranando la boca de una niña un poco mas grande que yo,dando las gracias a su papá, por un bonito regalo que la trajo, de la ciudad.
Gracias papito, gracias por este hermoso regalo, que me trajiste, de tan lejos....
Iba entonando la pequeña, mientras se aproximaba hacia mi. ! El regalo, soy yo 
una linda muñeca dentro de una caja de cartón ! ;  llevo un primoroso vestido
de raso blanco, con lazos color de rosa, ( y sí, me lo confeccionó, mi chacha Angela con todo su amor ) calcetines rosa , zapatitos negros, de fino, y pulido
charol y en mi cabellera, preciosa diadema de níveo color.
Al término de la declamación poética, la niña se detiene ante la caja, me echa
los brazos y yo con la carita iluminada, alargo los míos y en un instante  cual mariposa se desprende de su crisálida de seda; yo, abandono mi frágil larva de cartón y cogida de la mano con mi salvadora, vamos al borde del escenario,  
a encontrarnos con el afecto de la concurrencia; que admirados por la destreza
 con la que habíamos ejecutado aquel difícil papelón; nos estaba premiando
con un enorme y caluroso estallido de aplausos. Ese día, se celebraba la fiesta de fin de curso de los niños de primero; Yo al siguiente año,empezaría con la
etapa de colegiala. Y aunque mi hermana me advirtió que no iba a olvidar a lo
largo de mi existencia ese acontecimiento.No fue así.
Ya que esta niña redicha, se olvidó de todo esto que acabo de narrar y de no
 ser, por otra niña amiga mía que estuvo presente en el acto y vive también en
Madrid. Esto, no hubiera salido nunca a la luz. Ella, por cuestiones de trabajo, se ve a menudo con una prima mía y hace unos cuantos años que la preguntó
 por mi y ésta, la mencionó aquel entremés de mi infancia.
Hoy, ha venido todo a mi memoria y ahí os lo entrego para que me juzguéis;
Pero no lo hagáis por mi mala cabeza, era tan chica...
 Que los aplausos, puede que me dejaran la testa trastornada; tanto, que hoy me pregunto. ¿Cómo sería aquella niña, para que entre tantas que las habría y  muchas, la eligieran a ella como muñeca?.¿Tal vez como un grano de avena.?Ha tenido que pasar mucho tiempo por mi mala cabeza; para que la petición
de mi hermana haya visto la luz, después de tanta ceguera.
Enjuiciadme a bien, o a mal, si es que a caso, me leéis .
 
FIN


A Victoria por haberme dado pie para hacer este relato ( gracias).
Dedicado a mi hermana Angela, por llevar a cabo conmigo, esta gesta.
Para ti, con todo mi cariño. 
 
 Autora: ( Bruma )


Reservados los derechos legales.
 

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Fin
A mis padres
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